martes, 16 de julio de 2013

El estado y la revolucion

El Estado y la revolución es un libro escrito por Lenin entre agosto y septiembre de 1917, mientras se encontraba en la clandestinidad en Finlandia. Es un texto fundamental, en la medida en que fue redactado entre la primera etapa (febrero) y la segunda etapa (octubre) de la revolución rusa de 1917. Por eso se ha considerado que esta obra, junto con otras del mismo período, proporciona claves para comprender la idea que tenía Lenin de lo que iba a ser y de lo que debía ser dicha revolución.
Se trata de un texto plagado de citas textuales, de lecturas y comentarios a los clásicos del marxismo en relación con la cuestión delEstado, respecto de la cual consideraba que teóricos posteriores (como Plejánov o Kautsky) no habían hecho más que tergiversar elmarxismo


La sociedad de clases y el Estado[editar]

Lenin comienza explicando el modo en que el Estado surge de las contradicciones de clase, es decir de las luchas de clases, para conciliarlas o someterlas en torno a los intereses de la clase dominante. Como vemos en el siguiente fragmento:
El Estado es producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables.
Sin embargo, los autores liberales, argumentan que "el Estado es precisamente el que concilia las clases". Ahora bien, el hecho de querer conciliar las clases cuando objetivamente hay, en toda formación social bajo el modo de producción capitalista, un conflicto de intereses entre ellas, supone en sí mismo una toma de partido por la clase dominante y una consiguiente opresión de una clase por otra. Esta conciliación de las clases es la tarea fundamental del Estado: conciliación de las clases, con la condición de su subordinación a los intereses de la clase dominante.
En su libro Reforma o revolución, Rosa Luxemburgo ha intentado profundizar esta tesis teórica de la siguiente manera:
Hoy es ya lugar común la opinión de que el Estado actual es un Estado de clase. En nuestra opinión, esta proposición, como todo lo relativo a la sociedad capitalista, no debe entenderse de una manera rígida, absoluta, sino dinámica, dialéctica (...). El Estado actual es, ante todo, una organización de la clase dominante, y si ejerce diversas funciones de interés general en beneficio del desarrollo social es únicamente en la medida en que dicho desarrollo coincide en general con los intereses de la clase dominante. La legislación laboral, por ejemplo, se promulga tanto en beneficio inmediato de la clase capitalista como de la sociedad en general. Pero esta armonía solamente dura hasta un cierto momento del desarrollo capitalista.
Como explica este texto, el dominio de una clase sobre otra no tiene que entenderse necesariamente como el ejercicio de una violencia manifiesta, ni siquiera intencionada. Los intereses de la clase dominante pueden ser solidarios, en determinadas circunstancias, de los intereses de la clase dominada. Esto no es lo importante: lo importante es que la clase dominante busca esta conciliación, precisamente para seguir ejerciendo su dominio de clase. En las circunstancias en que los intereses de las clases son manifiestamente conflictivos, se rompe con esa armonía.
Según expone Lenin, el Estado surge de la sociedad, pero separado de ella, ejerciendo la fuerza sobre ella. Esa fuerza consiste principalmente en "destacamentos especiales de hombres armados, que disponen de cárceles y otros elementos". Los instrumentos principales por los que se ejerce esta fuerza son la policía y el ejército permanente. Por eso Lenin presenta aquí una primera alternativa comunista: la organización armada espontánea de la población. Ello no es posible para el Estado burgués "porque la sociedad civilizada está dividida en clases enemigas y, además, irreconciliables, cuyo armamento 'espontáneo' conduciría a la lucha armada entre ellas". Esta realidad oculta sale a la luz cuando los acontecimientos revolucionarios revelan los enfrentamientos de clase, y vemos cómo cada clase se sirve de sus propios "destacamentos de hombres armados" para el servicio de sus intereses de clase.
Lenin subraya que el Estado constituye el instrumento para la dominación de una clase sobre otra. La extinción del Estado o comunismo es un proceso en dos pasos. En primer lugar la toma, previsiblemente por la violencia (no por otra cosa sino porque se prevé que será contestada violentamente), por parte del proletariado de la maquinaria del Estado. Ello conduce a la dictadura del proletariado o socialismo, un Estado que como tal ejerce una dominación de clase, sólo que en este caso una dominación en la que los que mandan son la masa del pueblo: por tanto, una "dictadura", pero paradójicamente, más democrática y además transitoria.
La democracia burguesa se ejerce como una dictadura de la burguesía sobre el proletariado:
Somos partidarios de la república democrática como la mejor forma de Estado para el proletariado en el capitalismo; pero no tenemos derecho a olvidar que la esclavitud asalariada es el destino del pueblo, incluso en la república burguesa más democrática.
Por el contrario, la dictadura del proletariado, siendo dictadura de una clase, es no obstante la dictadura de la clase más numerosa sobre la menos numerosa. Y es la dictadura de una clase que no busca sostener su situación de dominio sino hacer desaparecer los antagonismos de clase. Esa es su democracia.
Y es una "dictadura" transitoria porque pretendiendo la abolición de todas las clases, con ello el Estado, existente como fuerza coercitiva de una clase sobre otra, sencillamente se irá disolviendo. Ello es así por cuanto que una vez que el Estado se convierte en representante fiel de la propia sociedad (cuando sencillamente la reproduce, en vez de ser su ortopedia, de deformarla por la fuerza) es sencillamente superfluo.
En resumen, dos fases para la desaparición del Estado y la implantación del comunismo:
La sustitución del Estado burgués por el Estado proletario es imposible sin una revolución violenta. La supresión del Estado proletario, es decir, la supresión de todo Estado, sólo es posible mediante un proceso de “extinción”

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